Hola, les traigo el capítulo 7 y, como les prometí, es el más largo que he hecho. Espero que les guste!
Allí es cuando despierto.
¿Fue un sueño? Si. Absolutamente todo fue un sueño, excepto el muto y que Panem
fue liberado, eso me deja con que ninguno de ellos era real… Ni siquiera sé si
algún día existirán esos nombres.
-
¡Aye! ¡A
desayunar!
Escucho la voz de mi
mamá llamándome. Hoy es 14 de Septiembre, día de la cosecha. Mis padres me
inscribieron en el programa de profesionales cuando tenía dos años y desde
entonces he pasado toda mi vida entrenando. Hoy es ese tan hablado “día especial”
del que habla mi familia desde que nací, hoy será el día al que voy a los
juegos. Bajo a desayunar y veo que mi
mamá me ha preparado unos hot-cakes con chocolate y fresas.
-
Hoy va a
ser un día importante, Aye. Tienes que dar el ejemplo a todas las niñas que están
a tiempo para ser profesionales, y también a tu hermana.
-
Si, ganaré
los juegos aunque muera en el intento. – Respondo, sintiendo algo de enojo por la
“responsabilidad” que me da, lo que hace que mi mamá me vea con una mueca.
-
Bueno, si
mueres en el intento no ganarás – Me dice como si no supiera – Desayuna y luego
ve a bañarte.
-
Ok…
Desayuno rápido mis
hot-cakes y me voy a bañar. Me pongo un vestido que me llega a las rodillas,
uno zapatos que me regalaron el año pasado, me peino con un peinado muy
tradicional en mi casa, una diadema de trenzas y un chongo y me pongo una
chamarra. Salgo de mi casa agarrando mi bolsa rosa fosforescente y camino a
casa de Ignessis. Ella me estaba
esperando desde hace ya tiempo.
-
Chica
tributo del Distrito 4 – Me lo dice porque cree que es lo que más quiero en el
mundo, cuando la verdad mis padres me obligaron a hacerlo - ¿Lista para irte a
la cosecha?
-
Lista.
Caminamos hacia la
plaza, me sacan la sangre del dedo y me ponen en una fila con Ignessis y Thyaara.
Thyaara es una de las chicas más pobres del distrito, pero es mi amiga. Es su
último año que le toca estar en la cosecha, mientras que para Ignessis y yo es
la primera. Con doce años, estaré en los juegos. Si no me ofrezco voluntaria,
mis padres me enviarán al orfanato. Creo que sólo quieren que muera para tener
menos bocas que alimentar. Mis padres son comerciantes: mi padre se encarga de
fabricar armas para los agentes de la paz del Hueso y sé cómo hacer todas las
armas. Mi madre es artista y por eso sé pintar tan bien, que he hecho
esculturas y cuadros para el Capitolio. Ignessis es hija de los doctores, y me
ha enseñado cómo curar muchas heridas, de un rasguño a una con la que te puedes
desangrar. Todo con remedios naturales y fáciles de hacer. Thyaara ha pedido
teselas, y su nombre estará en la cosecha cincuenta y nueve veces. Es la mayor
de siete hermanos y sus padres no trabajan, se la pasan por allí vagando y
tomando litros y litros de licor, tal vez por eso tiene tantos hermanos (y
algunos ni se parecen a ella) y son tan pobres. Ella trabaja y pide teselas, es
la cabeza de su familia y ya no sabe qué hacer. Su última esperanza, somos
Ignessis y yo. Nosotras le damos dinero y medicinas para que ya no pida
teselas. Ella no sabe que me ofreceré voluntaria por quien sea que salga
elegida.
-
¡Bienvenidos
a los septuagésimos Juegos del Hambre! – Dice Pria, la representante del Capitolio
para el Distrito 4 – Y que la suerte esté siempre de su lado. Ahora veremos un
video que fue traído del Capitolio.
No pongo atención al
video, es el mismo desde hace cuarenta años. Pienso en qué haría en un orfanato
y qué sería de mi hermana, Hindya, si yo me fuera de casa… o si muriera en los
juegos. La idea de que mi hermana de diez años me vea morir en la tele se me
hace horrible, hasta que recuerdo mi ventaja: alas. Ningún competidor tendrá
alas a menos que haya sobrevivido al ataque del muto, que es poco probable.
Nunca en la historia de los Juegos del Hambre ha habido alguien con alas. Eso
me alegra. Si gano, dejaría que Hindya viviera conmigo, pero sólo ella. Le daría
comida y dinero a Thyaara. Seríamos felices.
-
Ahora, ha
llegado el momento de escoger a un joven y una joven para representar al
Distrito 4 en los septuagésimos Juegos del Hambre. – Continua Pria - Las damas
primero.
Se acerca a la urna de
las chicas y dice el nombre que esperaba que dijeran, era poco probable que no
saliera ella.
-
Thyaara Mirilée
Sthera.
Mi amiga en su última
cosecha fue escogida. Sus padres no están por aquí, y lo sé. Thyaara se acerca
al escenario y sabe que no habrá voluntarios, casi todos en el Distrito 4 son profesionales
y todos creen que ella es profesional. Pria pide voluntarios y, antes de que
alguien diga cualquier cosa, grito a todo pulmón:
-
¡Me
ofrezco voluntaria como tributo!
Thyaara no se lo puede
creer. Baja del escenario y me hacen subir.
-
¿Cómo te
llamas? – Me pregunta Pria
-
Ayelén
Brina Clya Louren
-
Thyaara no
es tu hermana, ¿Es una amiga tuya?
-
Si, una de
mis mejores amigas.
-
Bueno,
ahora diremos el nombre del joven compañero de Clya. – Se acerca a la urna de
los chicos y agarra una papeleta. Luego regresa a su lugar. – Xylon Mirilée
Sthera.
Allí recuerdo de dónde
sacaron mis sueños el nombre Xylon, es el hermano de Thyaara. Lo he amado desde
siempre y nunca se me pasó por la cabeza que él pudiera ser mi compañero. Lo
veo caminar hacia aquí y veo que el corazón se me parte en dos. No quiero tener
que matarlo yo y tampoco quiero que muera. El alcalde lee el “Tratado de la
traición” pero no le hago caso. Si no me hubiera ofrecido voluntaria, Thyaara y
Xylon serían la pareja del Distrito 4, hermano y hermana, Thyaara con la piel oscura
y pelo castaño (lo que es difícil ver en nuestro distrito) y Xylon con piel
casi blanca y pelo castaño. Tengo que ser fuerte.
-
Ahora,
irán directo al capitolio. – Lo que quiere decir es: “No se van a despedir de
nadie este año” - ¡Felices Juegos del Hambre! Y que la suerte, esté siempre de
su lado.
Pria nos dirige al
tren y se va a buscar a Finnick, nuestro mentor. En mis sueños apareció que
Finnick había muerto, junto con una chica llamada Primrose. Pria llega con
Finnick y nos dice que irá a hacer algo muy importante a otro vagón.
-
Bien, ¿Son
profesionales los dos? – Nos pregunta Finnick
-
Yo soy profesional,
he entrenado desde los dos años.
-
A mí nunca
se me pasó por la cabeza intentar serlo. – Contesta Xylon
-
Bueno,
Ayelén, Xylon ¿Qué se les da bien?
-
Corro
rápido y puedo usar la lanza. – Dice Xylon, sentándose en uno de los sillones elegantes del vagón.
-
Yo… Puedo
volar – Digo, susurrando
-
¿Volar? –
Responde Finnick
En ese momento me
quito la chaqueta y dejo salir mis alas. Finnick se sorprende y me dice:
-
Parece que
hay una chica que está en las nubes.
Ese comentario me
ofende y a la vez me halaga. Vuelo unos centímetros y luego regreso al suelo.
Finnick me dice que serán unos juegos muy interesantes. Veo a los tributos que
serán mis aliados, Mirn y Litka del Distrito 1 y Syren y Worny del Distrito 2. Ganaré, por dos razones: para desafiar a mis padres y para que Thyaara salga de la pobreza, aunque su hermano tenga que morir.